Esos primeros días . Tan inesperado aquel encuentro entre nosotros. Soñé toda una vida en una milésima de segundo. Simplemente al voltear estabas tú. Nuestros ojos se encontraron en un vals perfecto, una armonía simbiotica. Pero no.
Todo era mentira. Tus te amo eran mentira. Tus te quiero eran falsedades. Tus caricias eran ilusiones. ¡Y yo! ¡Estúpida! … te creí. Yo te ame. Pero tú, maldito miedoso jamás has amado a nadie. Pues quien ama, por esencia, ¡teme!. Y tú, sólo temes de tus miedos.
Nada te importó terminar con la ilusión. Creíste que la cortaste de raíz, ¡pero no! Sólo has cavado más profundo en mi. No sé si te odio, o te sigo amando. No sé si vengarme, o volver a conquistarte. Sólo se que mi vida no volverá a ser la de antes.
Y ahora, cuento al revés, mis manecillas del reloj giran en sentido inverso. Y pienso en aquel momento, en que nos dimos un beso y soñaste con ser mi primer hombre. Te ruego, te lo imploro, no vuelvas a hacer eso jamás. Con ninguna otra. No mientas. No des pasos en falso. Tú no estas hecho para eso.
Piénsalo, no es necesario contar con más almas rotas en este mundo.
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